lunes, 21 de marzo de 2011

Mis relatos (3)


Un simple sueño

Fué un simple sueño. Pero para mi, lo voy a guardar durante toda mi vida; soñé que me hallaba en mi pequeño jardín mirando y contemplando a una luna entretenida y juguetona, escondiéndose entre los pequeños nublos que la iban buscando.
Aparecía y desaparecía con la suave brisa, entre uno y otro.



Me pareció oir sus risas, junto a los cantos de los grillos. De repente ví como mi alma se elevaba ligera y vaporosa hacia el cielo, en busca de esa cara redonda y sonriente. Vi entonces mi casa y mi pequeño jardín, y más adelante el pueblo
y los lugares por donde yo solía pasear y jugar en mi infancia.
Era una hermosa mañana de primavera con sus campos verdes y sus amapolas rojas como sangre. El aroma de sus árboles en flor, promesa de una abundante cosecha. Me deleitaba con todas aquellas fragancias, con sus fuentes cantarinas y los
ladridos de los perros saludando al pasar. Seguí ascendiendo en las alturas hasta que el sol asomó por detrás de la tierra, con su estallido de luz, que sin embargo no hirió mis ya delicados ojos.
Entonces me dí cuenta que estaba rodeada de una gran oscuridad, de una noche eterna, en la que el sol brillaba de una forma indescriptible para mí.
Me resultaba muy extraño estar al mismo tiempo enmedio del día y de la noche.
Llegué hasta la luna redonda y no podía apartar mi mirada de la tierra, una preciosa media tierra azul flotando en la negrura del universo, que parecía latir.
Se me encojió el corazón y ví con los ojos de mi alma lo absurdo de las miserias con que se cubren los hombres en la tierra, el desatino de las guerras, el odio entre los pueblos, la avaricia y la mentira, la insensatez de las fronteras y de los reinos.
Mi corazón floreció con un amor desbordante por esta amada tierra, que nos acoje y nos alimenta como una verdadera madre. Y no tenemos otra.

Para tí; Laura Lorente

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